Según Fouce, J. (2000), la postmodernidad presenta los siguientes rasgos fundamentales:
En primer lugar, cabría decir que la postmodernidad surge y se constituye como oposición a la modernidad rechazada y negada: modernidad filosófica (la visión realista y representacionista de la ciencia) y modernidad sociológica (industrialización, urbanización, capitalismo, división del trabajo, dominación de la técnica y el individualismo, consumo, medios de comunicación de masas).(p. 60)
“Hablamos de postmoderno porque consideramos que, en algún aspecto suyo esencial, la modernidad ha concluido” citando a Vattimo, 1990, sin embargo, los postmodernos consideran falsa la idea de progreso y, por tanto, no se postulan a sí mismos como superadores de la modernidad, simplemente aparecen después de ella.
También este mismo autor siguiendo a Burillo (1998, 1999, 2000), González, (1991), Moreno, (1995) y Munné (1999) vamos a tratar de recuperar los rasgos básicos de la postmodernidad:
1. Disolución de la noción de fundamento. Fin de la metafísica. La base esta necesariamente en lo lingüístico. Abandono de la ciencia que se apoya en hechos observables.
2. La verdad sí que puede seguir usándose como acuerdo intersubjetivo contingente pero no sobre el mundo sino prescindiendo del mundo: todos los discursos son equivalentes, se puede decir lo que se quiera decir.
3. Pérdida de sentido del todo, de los grandes relatos (la emancipación y el progreso de la especie humana, la ciencia, la historia como motor, sentido y fin).
4. La sociedad, se concibe como escenario de luchas discursivas, de textos. El lenguaje dice lenguaje, de unas palabras e interpretaciones a otras, nunca se sale de ahí. La comunicación es caótica, fragmentada, el mundo mismo también se disuelve en fragmentos, lo real deja de tener sentido, se convierte en fábula.
5. La interpretación se encontrará en el centro, interpretación que será siempre de un texto, que debe ser coloreado; así, las palabras y el texto (una foto, un cuadro, una obra musical...) sólo adquieren sentido dentro de un contexto y no existiría una interpretación unívoca.
6. Relativismo y pluralismo. Revalorización de lo minoritario, lo mayoritario se pone bajo sospecha. La ética ha muerto, no hay imperativos categóricos posibles, el principio de placer lo domina todo, desaparecen las barreras, nada está prohibido, hay que ser feliz, eso es lo importante.
7. Si la modernidad consagró el texto, como práctica escrita, ahora se reivindicará la palabra oral, lo escrito esta muerto, no puede defenderse. Incluso se habla del paso del valor de la palabra al valor de la imagen.
8. Disolución de fronteras entre disciplinas. La realidad no es parcelable. (p. 61)
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